Nuestra sociedad es bastante hábil para mantener un ambiente sano y nos enseñan desde niños una serie de normas de higiene personal, como por ejemplo bañarse, lavarse los dientes y las manos con regularidad, además de limpiar la casa, organizar y ordenar los espacios, sacar la basura, etc.
Nuestros cuerpos energéticos requieren el mismo cuidado y nosotros debemos de ser conscientes de la importancia de sentirnos en armonía y en equilibrio.